Información del Municipio
Historia del municipio
Según varios historiadores, y entre ellos el presbítero José Martín Múnera Tobón, el verdadero fundador de San Pedro de los Milagros fue el oidor Juan Antonio Mon y Velarde, visitador nombrado para la provincia de Antioquia por el arzobispo virrey Antonio Caballero y Góngora. En efecto, cuando estuvo de visita en San Pedro de Guamurú en 1786, ya con carácter de "partido", encontró solo tres casas contiguas a la iglesia y las demás diseminas en rancheríos, por lo cual, se mandó informar al Virrey que todos los fieles levantaran las casas contiguas a la iglesia que se estaba edificando en tapia y teja y en esta forma, en pocos años se estableció la población. En visita que realizó el obispo de Popayán, Ángel Velarde y Bustamante, el 17 de febrero de 1792 a la “aldehuela” de San Pedro de los Milagros, declara como única y principal patrona a Nuestra Señora de Regla.
En 1808 se aumentó el número de casas a 75, todas pajizas, a excepción de la iglesia y tres casas de tapia y teja. En 1813, bajo las gobernaciones de José Miguel de Restrepo y del dictador de Antioquia, Juan del Corral, es erigido en municipio con 2.000 habitantes. La colaboración sanpedreña en el período de la independencia en hombres fue muy poco, pero ayudó mucho con sus riquezas; pues su oro dio recursos al general Francisco de Paula Santander para que edificara las bases jurídicas de la nación y para que el libertador Simón Bolívar conquistara las cumbres Ayacucho y Pichincha.
Para el año de 1874, el cura párroco Fermín de Hoyos y su coadjutor, el presbítero Mariano de Jesús Euse Hoyos (sobrino del párroco titular y actualmente beato), que realizaba funciones ministeriales como cura excusador, comienzan la construcción de un nuevo templo en el mismo lugar donde se hallaba la iglesia parroquial. Continuaron la construcción de esta obra los presbíteros: José María Velilla, Miguel María Giraldo, Luis María Palacio, Pedro Rafael Baena, Manuel Antonio López de Mesa (Obispo de Antioquia pocos años después) y Laureano López de Mesa, quien estuvo al frente de la parroquia por 17 años (1887 - 1904). Finalmente, la construcción del templo es terminada en 1895, veinte años después de su comienzo.
En 1937, es nombrado como párroco al presbítero sampedreño Antonio María Peña Tobón, quien emprende una total remodelación y decoración del templo. Obra que la continuaron los presbíteros Tulio Álvarez y Roberto Arroyave Vélez y decididamente la concluyó monseñor Luis Carlos Jaramillo Arango, párroco por 24 años. En realidad este santuario es una verdadera joya, que refleja en su decoración, la gran cantidad de oro que tuvo este distrito en épocas de la conquista, la colonia y la independencia. Dada la majestuosidad que alcanzó el templo y el constante peregrinar de los devotos fieles del Señor de los Milagros y, después de la iniciativa del padre Jaramillo y de la petición oficial realizada por monseñor Joaquín García Ordóñez, obispo de Santa Rosa de Osos; lograron que el 17 de marzo de 1981, el papa Juan Pablo II, le concediera al templo el título litúrgico de Basílica Menor.
Clasificación del suelo
El suelo del territorio municipal se clasifica en suelo urbano, suelo rural y suelo de expansión urbana. Al interior del suelo rural podrá establecerse la categoría del suelo suburbano, y en todas las clases de suelo el de protección. La clasificación anterior se realizará acorde con las clases de suelo definidas por la Ley 388 de 1997.
Suelo urbano. Se definen como tales las áreas destinadas a usos urbanos que dispongan de infraestructura vial y redes primarias de acueducto, energía y alcantarillado, y sea posible urbanizarlas o construirlas. Se clasifica como suelo urbano además, el área central del corregimiento de Ovejas que reúnen las anteriores características.
Suelo rural. Son los terrenos no aptos para el uso urbano, por su destinación a usos agrícolas, ganaderos, forestales, de aprovechamiento de recursos naturales y actividades análogas. Así como usos recreativos.
Suelo de expansión urbana. Se define como suelo de expansión el constituido por la porción del territorio municipal que se habilitará para el uso urbano durante la vigencia de los Planes Básicos de Ordenamiento Territorial, según lo determinen los programas de ejecución.
Suelo rural suburbano y para vivienda campestre. Constituyen esta categoría las áreas ubicadas dentro del suelo rural, en las que se mezclan los usos de la ciudad, que pueden ser objeto de desarrollo con restricciones de uso, de intensidad y de densidad, garantizando el autoabastecimiento servicios públicos domiciliarios, de conformidad con lo establecido en la Ley 99 suelo y las formas de vida del campo y en de 1993 y la Ley 142 de 1994.
Orografía
Las características geográficas predominantes en el municipio son de un relieve poco variado, compuesto de altiplanos en su mayor extensión, con pequeñas colinas y algunas cordilleras en el entorno del municipio y que sirven de límites con los municipios vecinos de Bello, San Jerónimo y Belmira.
Las cordilleras que atraviesan el municipio son ramales de la Cordillera Central, que se desprenden en un punto limítrofe denominado San Antonio, entre los municipios de Caldas y El Retiro. Este ramal al pasar por Heliconia se orienta hacia el norte entrando a San Pedro y torna a la Cordillera de Oveja o Los Baldías, la que alcanza una altura de 2.900 metros sobre el nivel del mar. Desde allí y hacia el este, se presenta una depresión que separa la vertiente del río Ovejas y las del río Medellín. Esta continúa en dirección norte hacia El Tambo, 4 kilómetros antes de llegar al casco urbano.
De allí comienza a empinarse, hacia el occidente, hasta llegar al Alto de Quitasol o de Medina. Este es uno de los puntos más sobresalientes del relieve sampedreño y se localiza en los límites con Bello y desde allí se puede observar el casco urbano de Bello y el norte de Medellín. Desde este alto, la cordillera gira hacia el norte, pasando por los llamados Altos de Medina y La Palma, formando la Cordillera de San Andrés, en donde se encuentran los Altos de Contadora y Marquitos para ingresar al municipio de Donmatías y sirve de línea limítrofe del municipio con Bello, Copacabana, Girardota y el mencionado Donmatías, separando las aguas de las quebradas Don Diego y La Apretel.
Las depresiones de la cordillera forman la línea divisoria de las aguas que bañan el territorio municipal. La primera depresión va desde El Tambo y asciende hacia el nordeste para formar la Cordillera Santa Teresita, La Lana, San Juan y Montefrío saliendo por este punto del municipio. Al respecto de este último punto sobresaliente del relieve, se localiza hacia el noroccidente de San Pedro de los Milagros, en límites con San Jerónimo, con una altura de 3000 metros sobre el nivel del mar y ofrece un hermoso paisaje hacia El Llano de Ovejas, la panorámica del municipio y el cañón del río Cauca.
Una segunda depresión es la del Alto de Medina, de donde sale otro ramal que separa las quebradas El Hato y El Espinal o Don Diego.
La tercera depresión separa las aguas de las quebradas La Apretel y Las Ánimas y va a morir en el cerro Valladales o Alto de Riochico, sitio donde antes se encontraba La Capilla.
Una cuarta depresión se encuentra al noroccidente en el ramal El Zancudo, proveniente del municipio de Belmira, naciendo en el Páramo de Santa Inés, paralela al Riochico y que presenta su máxima altura en el Cerro de la Horqueta y muere en el sitio de La Mortuoria ya entrando al Embalse Riogrande II.
Hidrografía
El municipio de San Pedro de los Milagros cuenta con una gran riqueza hídrica que baña el territorio en su totalidad. Ello, individualmente, ha facilitado el uso de las aguas con variados fines por parte de la población rural y urbana: además, se cuenta con la presencia importantísima del Embalse Riogrande II, cuyos beneficios, directos e indirectos, al municipio y área metropolitana del Valle de Aburrá, son apreciables.
El relieve marca la dirección que deben seguir los ríos o quebradas: sin embargo, son los nudos montañosos los que constituyen centros de irradiación hidrográfica, formándose en San Pedro de los Milagros tres vertientes hidrográficas que tributan sus aguas a los ríos Cauca, Medellín y Riochico las entrega al río Porce.
Sus principales arterias fluviales son el río Aurrá u Ovejas y el Riochico, los cuales recogen la mayor parte de las aguas que riegan a nuestro municipio. Así, pueden caracterizarse dos cuencas: río Aurrá u Ovejas y Riochico y dos subcuencas: quebrada El Hato y quebrada El Espinal o Don Diego.
Cuenca del río Aurrá u Ovejas. Es el único río que nace en nuestro municipio, Su nacimiento se localiza a una altura de 2740 metros sobre el nivel del mar, al suroeste del casco urbano, en límites con el municipio de Bello, en los bajos de la Cordillera de Ovejas o Los Baldias. Corre por el Llano de Ovejas con poco caudal hasta que se encuentra casi paralelamente con la vía San Pedro-Medellín, haciendo un giro en predios de la Hacienda San Esteban de Ovejas (en donde es embalsado) y continuando al occidente, sirviendo de límite de las veredas Llano de Ovejas (en parte), La Cuchilla, La Empalizada y La Clarita con Pantanillo; de allí pasa al territorio de San Jerónimo en un paraje conocido como Morrón, haciendo su curso hacia el río Cauca en donde vierte sus aguas con el nombre de Aurrá en un punto intermedio entre Sopetrán
San Jerónimo. El Río Aurrá izquierda la quebrada de La Empalizada y la de El Espantadero que nace en el extremo norte de la Cordillera de Ovejas y se dirige al norte hasta caer al río. Las aguas de la quebrada La Empalizada son captadas por los acueductos veredales de La Cuchilla y el Llano de Ovejas.
Por la derecha van al río Aurrá las quebradas de Sabanas, nacida en el Alto de Montefrio, cuyas aguas se captan para los acueductos de las veredas Espíritu Santo y La Lana; en el sitio de Montefrío nace igualmente la quebrada La Trocha, cuyas aguas abastecen el acueducto veredal de Pantanillo y El Tambo.
Cuenca del Ríochico. El Riochico nace en el alto denominado "La Zulia" a 3.200 metros sobre el nivel del mar, en el Páramo de Santa Inés, en límites con los municipios de Belmira y Liborina. Tiene un área aproximada de 140 kilómetros cuadrados y desde su cabecera hasta la unión con el Riogrande en Las Juntas, ha sido aurífero en gran abundancia y aunque laborado con tenacidad, sus reservas no están agotadas, pues este río ha sido llamado el río de Los Fundadores de San Pedro y Belmira porque a través de él entraron los primeros colonos a nuestras tierras a mediados de 1624.
Su nombre lo recibe por ser de corrientes poco caudalosas. Antiguamente, se le denominaba también como el río Chiquito y sirvió de límites eclesiásticos entre las parroquias de Nuestra Señora de Chiquinquirá de los Osos y San Pedro de Guamurú. Las aguas de este río, que indudablemente son de buena calidad, son abundantes en trucha Arco Iris y vienen siendo utilizadas por las Empresas Públicas de Medellín para el consumo humano y producción de energía, con el Embalse Riogrande II.
Estas aguas corren al noroccidente del casco urbano del municipio, paralelamente con la vía principal que conduce de San Pedro a Belmira, al llegar a nuestro municipio sigue el mismo recorrido, atravesando la vía que conduce al municipio de Entrerrios, en un punto llamado "Puente de Zafra", antiguamente Puente Londoño, siguiendo su curso casi paralelo a esta vía, formando un rápido conocido como "El Chispero", antes de dar nacimiento al Embalse Riogrande II.
A las aguas del Riochico le caen todas las quebradas por la derecha, a excepción de las quebradas Zafra y Cañada Honda (Zafrita) que vienen ambas del lado opuesto, las cuales nacen en la Cordillera de Zancudo; la primera sirve de límite con el municipio de Belmira y la Segunda desemboca muy cerca del Embalse por la Mortuoria.
Subcuenca de la quebrada El Hato. Esta subcuenca recorre al municipio por su zona central en sentido sur norte; hacen parte integral de la misma la quebrada La Carmona (nacida en el Cerro Quitasol); ésta se une a la quebrada La Tolda, en la que se localiza la bocatoma para el acueducto del área urbana del municipio. A ésta se une la quebrada El Saltadero, tomando el nombre de Fray Juana, la que es afluente de la quebrada El Hato.
Por otro lado, en el Cerro Canelón de La Plata nace la quebrada EI Roblal que al, unirse a la quebrada La Montañita toma el nombre La Pulgarina, se une a ella el caudal que nace en el Alto Santa Teresita. Llamado Charco Colorado, más adelante toma el nombre de quebrada Los Laureles y luego El Herrero hasta encontrarse con las aguas de la quebrada La Pulgarina, que atravesando parte del área urbana, recibe las aguas de la quebrada El Hato en la que han vertido sus aguas de las quebradas Miraflores y Fray Juana; continúa el recorrido hacia el norte tomando el nombre de quebrada Santa Bárbara que en su trayecto recibe las aguas de San Luis de Azarú que nace en la loma de San Francisco y las de la quebrada San Francisco para depositar sus aguas en el Riochico, en el sitio de La Y.
Subcuenca de la quebrada El Espinal. Esta subcuenca está constituida por la unión de varias fuentes que toman el nombre de quebrada El Espinal o Don Diego, localizada en el costado nororiental del municipio. Entre ellas deben mencionarse las quebradas Los Molinos, en jurisdicción del municipio de Copacabana, la que se une a la quebrada Santa Rosita, recibiendo las quebradas de Victoriana, Matasano y El Guayabo, tomando el nombre de La Caldera y San Hipólito. Todas, unidas, continúan con el nombre de quebrada El Espinal, más adelante recibe las aguas de la quebrada El Rano, que al encontrarse con la quebrada La Colmenera, toma el nombre de Don Diego.
En su recorrido recibe las aguas de la quebrada Hoyo Grande, que está formada por las quebradas El Molino, Los Bedoyas y La Culebrita, para desembocar en el Embalse Riogrande II.
Se hace evidente la necesidad de un manejo muy cuidadoso tanto en las partes altas de las cuencas como en el transcurso de las corrientes, especialmente en lo referente a la cobertura vegetal, a la contaminación hídrica y a la falta del respeto nomativo del retiro obligado, están haciendo susceptibles estas vertientes a procesos erosivos y reducción de sus caudales y humedad circundante.
El embalse Ríogrande. La cuenca del Riogrande está situada en la zona central del departamento de Antioquia, al norte de la ciudad de Medellín. Tiene un área de, 1294 kilómetros cuadrados. La cuenca del Riogrande se encuentra en jurisdicción de los municipios de San Pedro de los Milagros, Belmira, Entrerríos, Donmatías y Santa Rosa de Osos, en la confluencia de los ríos Chico y Grande. La Presa, que es la estructura que detiene las aguas, almacena 245.000.000 metros cúbicos, lo que genera energía eléctrica a las centrales de Tasajera (303000 kilovatios) y Niquía (21.000 kilovatios) y produce agua potable para el Valle de Aburra y más adelante para atender otras demandas.
Ocupa terrenos que correspondían a las veredas de Riochico y La Palma y por dicho embalse el municipio recibe transferencias del sector eléctrico por tener cuencas hidrográficas en su jurisdicción.
La idea del embalse data desde el 13 de septiembre, cuando el ingeniero Francisco E. Restrepo presentó al superintendente de las empresas municipales, hoy Empresas Públicas de Medellín, un informe sobre unos estudios realizados para el reconocimiento de "algunas caídas de agua" ideales para proyectos hidroeléctricos, entre estos estaba el mencionado Riogrande ubicado en los municipios de Entrerríos, San Pedro de los Milagros y Donmatías.
Luego se presentaron otras alternativas. En el año de 1956, el Sindicato de Ingenieros Belgas (SYNDIBEL), presentó un informe con la alternativa hidroeléctrica del Riogrande, la que estaría situada entre la actual central de Mocorongo y la desembocadura que está en el río Porce.
En 1971, la firma de Consultores Técnicos Limitada, presentó a las Empresas Públicas un informe para la ampliación del "Sistema de Acueductos", donde se recomendaba la utilización del Riogrande como fuente adicional para el acueducto del área metropolitana, desviando sus aguas por medio de un túnel que saldría al frente del municipio de Copacabana.
Entre los años 1977 y 1979, la dirección de planeación continuó analizando el proyecto de construcción y ubicación de la hidroeléctrica. En 1980 las Empresas Públicas de Medellín, contratan a la firma Integral Limitada S.A. para que realice el estudio de diseño, topografia y factibilidad técnico económico del aprovechamiento múltiple del Riogrande a quien el Riochico vierte sus aguas. La firma consultora presenta en julio de 1982 el informe final de estudio y con base en él, se inician las obras en 1983, finalizándose en 1988, teniendo un costo de $2.100.000.000.00 - Las áreas inundadas fueron de 5.185.000 hectáreas distribuidas así:
- Entrerríos: 1.838.560 hectáreas de 141 dueños o propietarios.
- San Pedro: 1.719.775 hectáreas de los 106 dueños o propietarios.
- Donmatías: 800.670 hectáreas de 32 dueños o propietarios.
- Santa Rosa de Osos: 797.000 hectáreas de 50 dueños o propietarios.